martes, 13 de mayo de 2008

Por qué me gusta el tango


Una vez me preguntaron ¿por qué a alguien le gusta el tango? Supongo estas posibilidades básicas, sin descartar otras: por la música, por la letra, por el baile, por querer tener una persona cerca de uno (sobre todo cuando es del otro sexo, aunque hoy por hoy, nunca se sabe). De la letra es más fácil hablar, porque se parte de algo escrito, así que suele ser más sencillo acceder al tango por esa vía. ¡Qué sería del hombre si no supiera hablar... ni escribir! Sin embargo, de estas razones, hoy les propongo charlar un poco sobre la música.

Dijimos en otra oportunidad que el tango representa un sector de la población que -identificación mediante- a uno le resulta interesante, aunque bajo el punto de vista de cierta "cultura" puede ser más o menos apreciado. Lo cierto es que hay escalas de virtuosismo en sus autores e intérpretes que van desde la baja estofa, a lo sublime. Hay músicos y directores de orquesta que ciertamente dieron en el clavo en su lectura del gusto de la gente, pero a la vez eran ellos quienes creaban ese mismo gusto.

Cuando yo empecé a escuchar música, allá por los años 30, en el ambiente de mi casa se escuchaba tango, pero también en las calles, y en los cafés de moda. De todos modos cuando uno comienza a apreciar la música, es muy posible que la vaya anudando a vivencias personales. Por mencionar un ejemplo, Derecho Viejo me trae muchas remembranzas. Bueno, expliquemos antes que "Derecho viejo" significa hacer una cosa sin dar vueltas.

No estoy seguro que se pueda hablar de una evolución del gusto musical, al menos en mi caso. Comencé escuchando Gardel, y eso hizo probablemente que luego fuera tradicionalista en mis apreciaciones, y no aceptara aquella clase de orquestas que decían traer "otros aires". No sé, si hubiera nacido 10 años más tarde, quizás hasta me hubiera gustado Astor Piazzolla (ironía con el perdón de mi nieto). Luego cuando me arrimé más al "calor" del tango, comencé a expandir mis intereses: Pancho Canaro, Carlos Di Sarli, Osvaldo Fresedo, Julio De Caro, Osvaldo Pugliese, hasta llegar al más completo músico de la etapa intermedia del tango: Anibal Troilo "Pichuco".

Termino con este pensamiento: el tango no solo es letra, también hay que juzgarlo cómo música. El problema es que yo no sé música, ni conozco los elementos técnicos que intervienen en ella. Sólo sé que me gusta. Y es que suele ser así: el arte gusta o no gusta.

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Nocturno a mi barrio
Tango
(1968)
Música: Aníbal Carmelo Troilo
Letra: Aníbal Carmelo Troilo

De una versión grabada por Pichuco (quizás la única en que se escucha así su voz) el 30.5.68

Mi barrio era así, así, así...
Es decir ¿¡qué sé yo si era así!?
¡Pero yo me lo acuerdo así!,
con Giacumin, el carbuña de la esquina,
que tenía las hornallas llenas de hollín,
y que jugó siempre de "jas" izquierdo al lado mío,
siempre, …siempre,
tal vez pa'estar más cerca de mi corazón!

Alguien dijo una vez
que yo me fuí de mi barrio,
¿Cuando? …¿¡Pero cuando!?
¡Si siempre estoy llegando!
y si una vez me olvidé,
las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja
titilando como si fueran manos amigas,
me dijeron: gordo, gordo, quedáte aquí...
quedáte aquí...

Get your own Moonk!